07 agosto 2005

CAOS

Estoy sentada y espero, pero ya no tiene sentido la espera, ya no tiene sentido nada; sé que tengo que estar agradecida pero no sé como sacar fuerzas, porque parece que el estratega se ríe de mí; y estoy triste sin motivos, y ya no sé ni como escribir; sé que no tengo razón pero no puedo dejar de sentirme así; parece que no sirvo para nada, parece que ya no sirvo ni para darte abrazos que ahora hay otras manos que saben como darlos mejor, porque las mías se han vuelto torpes,
y sólo existen preocupaciones por banalidades, y sólo está la capa superflua, insignificante, pero que cae con un peso indescriptible sobre mí; y tengo ganas de mil cosas, pero si estoy sentada no creo que vengan, pero es que cuando sales a buscarlas corren en dirección contraria.
Banalidades convertidas en mitos, y problemas transformados en banalidades por que no sabes como afrontarlos, por que sólo encuentras la torpeza en tus manos.
Y no hay sitio para tí. Y no hay sitio donde puedas acceder. Y buscas y no encuentras, disimulas y queda falso. Mi cabeza estalla, me tengo que mover...¿hacia donde dirijo mis pasos?

2 comentarios:

dsoriano dijo...

Cuando vivo yo este sentimiento, que en ocasiones creemos tan personal pero por otro lado sabemos que es tan común, lo que hago es ponerme donde cae un rayo de sol (o bajo la lluvia, aunque aquí está la cosa difícil), cerrar los ojos e ir a donde me pida el cuerpo, en ocasiones: ir sin moverme siquiera.

Si tienes un rato hacercate al videoclub y alquila Gosth in the Shell, creo que será un bonito viaje ;-)

Anónimo dijo...

ven hacia mí, mis brazos siempre están abiertos para tí