11 agosto 2008

Salem

sin poder salir, sin querer salir, con miedo a las angustiadas voces de un negro credo, la bruja se recluía en un salón acorralada de oscuridad, temerosa de superticiones externas e internas que perseguían su atormentado ser
con la única esperanza de dormir para despertar en un mundo paralelo del que también le obligaban a despertar

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