17 enero 2007

Cuentos para adultos...
Nido vacío

Merche se agobiaba en casa... no es que sus padres fueran malos, al contrario, le hacían la vida muy cómoda, pero su reloj biológico no paraba de girar hacia la emancipación. Le parecía rara esa situación, aún recuerda que cuando era niña ver la tele todos en el salón era lo mejor del mundo... pero ahora, esa situación se hace de lo más tediosa; y no sólo porque su hermano ocupe todo un sillón y tenga que medio introducirse en un huequecito junto a sus enormes y apestosos pies... si no porqué esa era una situación actualmente vacía para ella. Y normalmente permanecía en su habitación las horas muertas escuchando música o hablando por teléfono... excepto la noche en que el sentimiento de culpa le había hecho reflexionar en el cambio al que le había derivado su ciclo vital. A medida que pasaban los minutos, esa culpa se transformaba en reflexión, reflexión sobre los cambios, las edades, las décadas,... ella ya sabía de estos cambios; ya no había horarios, no existían los castigos y el que Jorge (su hermano de aquesados pies) trajera a casa a su novia no atraía las bromas de los felices papás, si no que era vivido como un acontecimiento de lo más normal...Todo esto que se presentaba en el día a día como actos cotidianos al hacerlos presentes dejaban una extraña sensación...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad, es que es extraño ver como nos vamos haciendo mayores,eh?

Anónimo dijo...

verdad verdadera...

baldboy dijo...

yo tengo un pacto con el diablo...